Taliah Woods

Evangeline Lilly

Tauriel

Unos 600 / Aparentes 29

Tierra Media / Bosque Negro

Heterosexual

Profesora de Astronomía

» DESCRIPCIÓN FÍSICA:
Taliah es una mujer realmente preciosa. Alta, esbelta, delgada y de piel pálida y suave, como si fuese una muñeca de porcelana. Posee unos labios finos rosados, mejillas ligeramente sonrosadas, que se resaltan con facilidad cuando se sonroja por su tono de piel, y unos ojos increíbles que mezclan toques castaños con verdes, dándole una mirada única. Si a esto se le suma su larga cabellera pelirroja, ligeramente ondulada y que llega hasta su cintura, su apariencia es realmente exótica y muy hermosa. Suele ser bastante forman en cuanto a su vestimenta, al menos en horas de trabajo, normalmente usando faldas ajustadas a la altura de las rodillas, altos zapatos de tacón y blusas o camisas, aunque en ocasiones puede llevar algún vestido relativamente formal. Sin embargo, cuando sale de sus horas de trabajo, prefiere ropa algo más cómoda, como unos vaqueros con camiseta de manga corta y una camisa abierta por encima, vestidos algo más cómodos y zapatos un poco más bajos, aunque sí es cierto que nunca usa deportivas. Suele llevar su larga melena suelta, con las puntas onduladas, aunque a veces se hace algunos recogidos cuando trabaja, y para ello suele llevar siempre un par de pasadores en el bolso. A veces para dormir se hace una trenza de lado, y aunque es raro verla así, alguna vez puede llevar coleta alta o algún moño más formal, pero por lo general siempre lleva algún mechón suelto enmarcando su rostro.

» IMAGEN DEL PERSONAJE DE CUENTO:
En cuanto a Tauriel, en la Tierra Media tiene una apariencia bastante similar, aunque con ligeros matices. Mantiene su tono de piel y el aspecto general en su rostro, aunque su mirada esconde un toque algo más salvaje, acostumbrada a vivir en los bosques. Su melena pelirroja es aún más larga, casi pasado su trasero, y normalmente tiene las puntas en bucles, aunque suele llevar parte trenzada en complicados peinados élficos, dejando el resto más suelto y con un par de pequeños mechones enmarcando su rostro. Como en todo elfo, sus orejas terminan en una pequeña punta, pero no es algo exagerado. Aunque su belleza sigue siendo única, de inicio no irradia esa luz natural propia de las grandes damas élficas, pero sí tiene una hermosura distinta, más salvaje y libre, propia de una elfa silvana. Sus ropas son normalmente de combate, por su posición como Capitán de la Guardia, y en tonos verdes, marrones y dorados. Suele llevar siempre con ella su arco y flechas, además de un par de dagas, y aunque no lo muestra a menudo, ya que suele llevarlo bajo la ropa, tiene un precioso colgante de luz de estrella, con forma redondeada y una pequeña gema brillante en su centro que nunca se quita.




» DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA GRIMMWELT UNIVERSITY:
Taliah es una mujer bastante tranquila y paciente. Se muestra siempre amable y respetuosa de inicio, y es prácticamente imposible sacarla de sus casillas, ya que por lo general es muy tolerante y empática. Suele ser bastante formal, no le gusta salirse de las normas si no es absolutamente necesario, y suele acatar lo establecido, a menos que vaya completamente en contra de sus principios. Sabe luchar por lo que quiere, pero de una forma civilizada, y siempre que solicite algo, lo hará con los argumentos pertinentes. Considera que la palabra está por encima de la fuerza y que todo puede conseguirse con trabajo, esfuerzo, perseverancia y sin necesidad de tirar por el camino fácil, siempre haciendo lo correcto. Aunque puede parecer muy formal, eso no quita que tenga siempre una cálida sonrisa en su rostro, y puede divertirse como cualquier otra persona, aunque normalmente sus formas de hacerlo son más bien tranquilas y sin salirse de lo moralmente apropiado. Por lo general ha mantenido una rutina a lo largo de toda su vida, y una serie de conductas, pero una parte de ella desearía cambiar todo eso, encontrar algo por lo que ser impulsiva y arriesgarse, aunque hasta el momento no ha sabido qué puede faltarle.

» PERSONALIDAD DE CUENTO:
A diferencia de su nueva personalidad en el mundo real, Tauriel es una elfa fuerte y decidida, a la que no le importa luchar por lo que cree y defenderlo incluso con su vida. Como Capitán de la Guardia del Rey Thranduil está acostumbrada a tratar con hombres y ponerles firmes si la ocasión lo requiere. Se ha ganado su puesto con esfuerzo, demostrando que una mujer es tan capaz de pelear como un hombre, y por eso a veces puede ser algo fría y distante con el género masculino. En el fondo encierra un corazón dulce y amable, pero también es impetuosa y apasionada. Dice lo que piensa, aunque siempre manteniendo la formalidad que sabe que va implícita en su cargo, y aunque respeta a su Rey y los valores de su pueblo, si algo no le parece justo, intenta cambiarlo. Pese a que valora las responsabilidades de su cargo, su conciencia solo está tranquila si su corazón también lo está, por eso antes que estar en paz con el resto del mundo que la rodea, debe estarlo consigo misma.

» HABILIDADES Y CONOCIMIENTOS:
Tauriel es una gran arquera, y como muchos elfos, es difícil para ella fallar un objetivo, a veces incluso con más de una flecha en el arco. Es tremendamente ágil y rápida, puede trepar a los sitios con facilidad y como elfa es liviana como una pluma, siendo capaz de no dejar huellas ni sobre la nieve recién caída. Como guerrera también está especializada no solo en el uso del arco, sino también en el de las dagas élficas, siendo su gente los que hacen el acero más ligero y afilado de la Tierra Media. Es letal con ellas, combinándolas con el combate cuerpo a cuerpo, y aunque para ser una elfa no es demasiado alta, sí que es fuerte por su entrenamiento, e igualmente estilizada. En cuanto a otros conocimientos, puede hablar en lengua común y también en lengua élfica, y conoce algunas leyendas y poemas de su gente, pero no demasiado acerca de otros pueblos. Su puesto hace que entienda también de tácticas militares, sobre todo defensivas. Tambien posee parte de la magia curativa de su pueblo, y ciertos conocimientos al respecto, pero es algo que no usa normalmente y no ha perfeccionado.
En cuanto a Taliah, en el mundo real es bastante diferente. Tiene una buena forma física, pero lo único que hace a nivel deportivo es yoga, y ha dado clases de baile de salón, aunque no sea algo que practique habitualmente, pero se le da bastante bien, conservando una gracilidad similar a la que tenía en el pasado como elfa. Tiene unos estudios bastante buenos y con notas de sobresaliente. Cuando estudió en la universidad, fue también a clases de algunos idiomas, habla con fluidez inglés, francés e italiano, a nivel medio el español y un poco de latín y griego clásico. Adora la astronomía, y no solo como ciencia. También tiene ciertos conocimientos en astrología, además de gustarle bastante el tema, y le gusta comparar horóscopos, aunque sepa que realmente la compatibilidad depende más de cada persona. No se le da mal la cocina, aunque tampoco es algo que haga mucho, y menos ahora, sin muchos medios en la universidad, pero adoraba preparar tarta de queso y moras cuando estaba en casa, o eso recuerda.



» PASADO:
El pasado de Tauriel no es el más feliz del mundo, aunque la convirtió en la guerrera que es ahora. De niña, cuando viajaba con sus padres hacia el reino del Bosque Verde, una emboscada de orcos atacó al grupo de elfos con el que marchaban, y mataron a la mayoría. Ella, siento apenas una cría, se escondió entre unos matorrales, y por suerte, antes de que la encontrasen, una partida de reconocimiento de soldados del Bosque Verde se echó sobre la partida de orcos y les abatieron. Pero era demasiado tarde y aunque Tauriel se salvó, ese día perdió a sus padres. Fue llevada al reino del bosque, donde el rey Thranduil se apiadó de ella y la dio cobijo. Su hijo, el joven príncipe Legolas, se convirtió en uno de sus mejores amigos, y al cuidado de uno de los soldados del palacio, la joven elfa encontró un nuevo hogar y vio en su nuevo príncipe no solo un amigo, sino también casi un hermano mayor.
El tiempo fue pasando, y con los años, Tauriel decidió que no quería ser una elfa dedicada a la costura, las cocinas o cualquier otra tarea que pudiera considerarse más femenina. Ella quería luchar, ser una guerrera y poder defenderse no solo a sí misma, sino a otros que, como ella cuando era niña, pudieran estar en apuros, tratando así de evitar que criaturas como los orcos siguiesen haciendo daño. Entrenó junto a su amigo y príncipe Legolas, además de junto a otros jóvenes soldados, aprendiendo de los más veteranos, y al paso de los años, se convirtió no solo en toda una guerrera, sino que se ganó el título de Capitán de la Guardia, con tenacidad, esfuerzo, y demostrando ser mejor incluso que muchos elfos varones. En todo ese tiempo fue fiel a su rey, a su príncipe y a su gente, pero en el fondo de su corazón pesaba siempre más el hacer lo correcto, y empezó a sentir que su rey había perdido ese honor cuando poco a poco, el Reino del Bosque Verde empezó a corromperse, y comenzaron a llamarlo el Bosque Negro. Arañas gigantes se instalaron entre sus árboles, y solo el camino élfico era un paso seguro para cruzar el bosque, pues incluso partidas de orcos se acercaban por los alrededores. Pese a todo, de inicio siguió cumpliendo sus órdenes, y ni siquiera con Legolas trató el asunto. Empezaba a ver que para su amigo se iba convirtiendo en algo más, pero ella sabía que era algo imposible, pues su padre nunca consentiría algo semejante, por eso para ella siguió siendo como un hermano.
Pero todo cambió cuando una compañía de enanos, guiados por Thorin Escudo de Roble, uno de los últimos príncipes enanos del linaje de Durin y heredero al trono de Erebor, el reino enano bajo la montaña, llegó hasta sus tierras. Se habían perdido en el bosque, y cuando las arañas les atacaron, ella, junto con un grupo de soldados liderados por el príncipe Legolas, les salvaron la vida y les llevaron presos ante su rey, quien los encerró en sus mazmorras ante la negativa de colaboración por parte de Thorin.
Pese a sus 600 años, Tauriel no había visto un enano hasta ese momento, pues había pasado toda su vida en el reino del bosque, desde que llegó de niña. Aun así, no le eran desconocidas las historias que su pueblo contaba sobre ellos. Decían que eran una raza huraña, codiciosa y con más valor por las joyas que por la naturaleza y la vida que crece a su alrededor… y entonces conoció a Kili. Era de los más jóvenes en la compañía, al parecer sobrino de Thorin, y apenas intercambió con él unas palabras, se dio cuenta de lo distinto que era a todo lo que le habían contado sobre los enanos. Era amable y divertido, bromista, con interesantes historias que contar, y lo material que parecía apreciar lo hacía por valor sentimental, como esa piedra de runas talladas que llevaba para recordar a su madre. Tauriel sintió cierta conexión con el joven enano, pero tras la única noche que pasó hablando con él, los enanos se fugaron, y en su escape, un grupo de orcos les asaltó a las puertas del reino del bosque. Aunque los elfos los repelieron, uno de los orcos fue capturado y llevado ante el rey. Allí, provocando a la elfa, el orco se jactó de haber herido a Kili con una flecha de Morgul, con un potente veneno que te carcomía por dentro hasta hundirte en la oscuridad más profunda y convertirte en un espectro… Por alguna razón, Tauriel no podía dejar que eso ocurriese, y pese a que el rey ordenó cerrar las puertas, ella se marchó hacia la Ciudad del Lago, siguiendo el camino de los enanos. Legolas no tardó en alcanzarla, y al menos contó con su ayuda, pero aunque en cierto modo ocultó sus verdaderos motivos poniendo a los orcos como excusa, lo que ella esperaba era poder salvar al joven enano.
Al llegar a la ciudad, la mayoría de los enanos ya no estaban, solo quedaban los pocos que habían permanecido con el herido, y cuando los orcos les atacaron, Tauriel y Legolas volvieron a salvarles. El príncipe elfo, cuando los orcos se batieron en retirada, quiso seguirles, pero aunque era su deber acompañarle, Tauriel no lo hizo. En su lugar dejó que se marchase solo y ella se quedó para curar al joven enano, expulsando el veneno de Morgul de él con la magia de su pueblo. Supo que había hecho lo correcto cuando le vio despertar, pese a que aún parecía delirar tras lo que había pasado, pero lo que nunca se habría esperado, fue la pregunta que le hizo, sin llegar a reconocerla, pero hablando sobre ella… “¿Crees que podría haberme amado?”
Tauriel no llegó a responder a esa pregunta, pues apenas se formuló, el lago de la ciudad empezó a arder bajo el fuego del dragón Smaug, habitante de la montaña, y a quien el resto de enanos habían despertado. Fue una dura batalla, pero tras salir de la ciudad, la elfa apenas tuvo tiempo de despedirse, y Kili se marchó con los suyos antes de que pudiera hablar con él. Ella tuvo que marchar también a buscar a su príncipe, pero no dejó de darle vueltas a la pregunta del enano, buscando una respuesta… ¿Podría amarle? Sí, podría hacerlo, no veía por qué no… Los enanos no eran como ella había imaginado, y sería posible, porque había visto un corazón puro en él, y una fortaleza que en cierto modo chocaba con su dulzura e inocencia… pero no era esa la verdadera pregunta… sino, ¿le amaba? Apenas le conocía, pero algo en ella le decía que no quería perderle sin al menos haber respondido a su pregunta.
Cuando a los oídos de los elfos llegó que un ejército de orcos partía hacia Erebor, Tauriel no dudó en sumarse a aquellos que accedieron a combatir, y apenas llegó a la batalla, ya iniciada, buscó mientras se habría paso con su arco y dagas al joven enano, intentando encontrarle, y esperando que estuviese con vida. Empezó a sentirse más desesperada cuanto más avanzaba el combate, y entonces, tras abatir a un nuevo orco, lo vio a lo lejos, a Thorin Escudo de Roble, intentando levantarse, mientras dos jóvenes enanos luchaban hombro con hombro para cubrirle. Reconoció a Kili, y por un momento se sintió aliviada, hasta que vio una flecha clavarse en el hombro del enano, y como otros arqueros orcos tensaban más hacia él y su hermano. Sintió que el corazón se le encogía, que por mucho que corriese no llegaría a tiempo… y entonces el suelo empezó a temblar. La magia más oscura que alguna vez hubiese sentido la hizo estremecerse, y solo alcanzó a lanzar una última mirada hacia el joven príncipe enano cuando todo se desvaneció…

» En GRIMMWELT UNIVERSITY:
La historia que Taliah recuerda es muy distinta a la de Tauriel. Aun así, también perdió a sus padres en un accidente de coche a una edad bastante temprana, y quedó al cuidado de su tío, un mayordomo que trabajaba en la mansión de la familia Blackwood, una adinerada familia británica que descendía de la nobleza, aunque en la actualidad no poseían títulos, pero sí habían mantenido ciertos negocios a flote que evolucionaron con el paso del tiempo.
Desde que llegó a la mansión de los Blackwood, se hizo muy amiga del único hijo del matrimonio, Leith Blackwood, un chico unos años mayor que ella, pero con el que conectó enseguida. Fueron muy amigos, y con el paso del tiempo, ella fue terminando sus estudios con buenas calificaciones, mientras vivía con su tío en la casa para empleados de los terrenos de la familia Blackwood. Para ella, Leith era como el hermano mayor que nunca había tenido, y cuando terminó el instituto, a los dieciocho años, su tío pudo matricularla, gracias a una beca que solicitó por sus calificaciones, a la misma universidad que el joven Blackwood, que cursaba por aquel entonces su tercer año. Durante su etapa universitaria, Leith confesó a Taliah que hacía tiempo que sentía algo más por ella, y aunque de inicio la chica no supo qué pensar, confundió esa amistad con lo que podría ser amor, pues no había tenido oportunidad con sus estudios de conocer algo distinto, y desde entonces, su carácter más bien tímido y fiel, la mantuvo tratando apenas con Leith y con las personas de su entorno.
Tras terminar su carrera, especializada en la Astronomía y Astrofísica, con la carrera doble de Magisterio, Taliah empezó a buscar trabajo en diversas universidades, pero Leith se empeñaba en que no sería necesario y que haría una mejor labor en la compañía de su padre. Por esa razón, durante una temporada trabajó para el señor Blackwood en uno de sus despachos, y hace cosa de un año, Leith y ella se prometieron. Aunque lleva en su dedo ese carísimo anillo de compromiso, una parte de ella siente que es más por costumbre, y aunque se conforma con ese cariño tranquilo, tiene la sensación de que no es amor de verdad, pero no puede saberlo a ciencia cierta, así que se mantiene engañada a sí misma… Aun así, últimamente no ha sido feliz en el despacho, así que solicitó un puesto de profesora en la prestigiosa universidad de Alemania Grimmwelt University, obteniéndolo para este próximo curso. Aunque Leith no parecía muy entusiasmado con la idea, aceptó posponer la boda durante el curso académico, para darle a Taliah la oportunidad de ejercer su carrera. Ella, ilusionada por la idea de poder vivir unos meses fuera de todo, y tratando de reorganizar sus ideas, se ha marchado para iniciar sus clases. Aunque espera volver y seguir con su vida, incluso adelante con ese matrimonio, no deja de sentir que algo no va bien del todo, y espera que la distancia y su nuevo trabajo pongan cada cosa en su sitio.




» PERTENENCIAS:
Como Tauriel posee un arco élfico y un carcaj con varias flechas, que repone según necesita. El arco es de un tono marrón oscuro, tallado con adornos de hojas en los bordes. También tiene un par de dagas élficas forjadas por los herreros de su pueblo, muy afiladas y de tamaño manejable. Las empuñaduras son de madera clara con adornos dorados y la hoja mezcla un acero más claro con otro más oscuro.
Posee también un colgante no muy grande, con engarce redondeado y una pequeña piedra de luz de estrella, propias de su gente, que siempre lleva al cuello, y que brilla ligeramente con la luz de la luna, como asemejando una pequeña estrella.
En cuanto a las armas, las ha perdido en este nuevo mundo, pero conserva el colgante, creyendo ser un recuerdo de su madre en este nuevo mundo. Nunca se lo quita.
Como Taliah lleva también el anillo de compromiso de Leith, un sencillo aro de oro blanco con un pequeño diamante rosado, no muy aparatoso y bastante discreto, pese a ser bastante caro. Aun así, para ella pesa más de lo que pueda parecer a simple vista.

» OTROS DATOS:
No hay mucho más que decir, salvo que ambas comparten la afición por mirar las estrellas, y por alguna razón que no puede explicar, a Taliah la idea de un eclipse lunar, cuando la luna se vuelve roja y parece de fuego, la hace sentir cierta nostalgia, como si algo en su corazón le dijese que le falta algo, o alguien… También a ambas les encanta sentir la hierba bajo los pies descalzos, y aunque Tauriel lo hacía en ocasiones en el bosque, a Taliah le cuesta bastante, ya que implica dejar salir un poco ese lado menos formal que tiene.
También ambas comparten ese sentimiento hacia Leith, que aunque Taliah no lo sabe, ya lo conoció en otra vida como Legolas, y en el fondo no deja de verle como a un hermano, como a la opción más lógica, pero se niega habitualmente a sí misma que no es lo que realmente desea para el resto de su vida.