Jennifer Vergent, profesora de química

Anya Chalotra

Yennefer de Vengerberg

28 / Desconocida

Aedirn

Heterosexual

Profesora de química

» DESCRIPCIÓN FÍSICA:
No muy distinta en apariencia a como era en su verdadero hogar, Jennifer es una mujer hermosa de cabello oscuro, piel bronceada y unos exóticos ojos violeta que suelen llamar la curiosidad de los que la ven. De rostro ovalado, curvas definidas, estatura media y esbelta, ha sustituido los vestidos medievales por elegantes pero sencillos vestidos o conjuntos de falda o pantalón con chaqueta para sus clases, manteniendo un estilo discreto y acorde a las normas de vestimenta de la universidad, pero que no hace que su figura pase inadvertida.
Suele llevar el pelo ligeramente ondulado, pero para las clases tiende a recogérselo con moños informales, coletas altas o alguna que otra trenza, llevándolo suelto únicamente en sus horas libres o para alguna festividad.
Se siente cómoda con zapato alto y aunque parece más joven de lo que es, pudiendo pasar por una alumna de último curso, es como si hubiera vivido mucho más de lo que parece, algo que no sabe hasta qué punto es cierto.
Su única imperfección, que suele cubrir con cierta vergüenza, son unas cicatrices en sus muñecas por un intento de suicidio hace unos años, que trata de ocultar continuamente con brazaletes o manga larga.

» IMAGEN DEL PERSONAJE DE CUENTO:
Yennefer nació como una jorobada deforme, debido a la aventura que su madre tuvo con un elfo, lo que le causó el desprecio de su padre y de todo su pueblo durante años. Pero cuando se convirtió en una auténtica bruja de Aretuza, pese a la traición de su amante y de su mentora al retirarle su apoyo por su herencia, ella insistió al mago que se ocupaba de los cambios de aspecto a que la hiciera diferente, manteniendo únicamente las marcas de sus muñecas y el violeta de sus ojos.
Con gran dolor, pero a la vez con orgullo, aquella magia hizo de Yennefer una hermosísima mujer de cabello oscuro brillante y ondulado, rostro ovalado perfecto, estatura media y cuerpo esvelto con curvas destacables, pero no exageradas, manteniendo un atractivo inmortal de muñeca eterna, con su piel bronceada inmaculada y una apariencia realmente atractiva y envidiable, incluso por sus propias compañeras.
A diferencia de su nuevo yo, ella no oculta sus cicatrices, pues las ve como un símbolo de supervivencia y fortaleza, de lo que no se avergüenza.




» DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA GRIMMWELT UNIVERSITY:
Jennifer ha tenido una vida mucho más fácil que su verdadero yo. De familia adinerada británica, tuvo una infancia feliz y tranquila, con padres que la querían y la apoyaban, lo que la hizo confiada, dulce, amable y sincera, abierta con aquellos a los que conocía y desarrollando pasión por el trabajo de su padre, experto en formulación química y con una empresa farmacéutica.
Era algo tímida, pero su madre le dio bastante seguridad, siendo la mayor parte del tiempo una chica alegre, divertida, cariñosa y amable con aquellos con los que se cruzaba, desde menos favorecidos, a los que intentaba ayudar del mejor modo, a gente de su misma clase social.
Enamoradiza e ingenua, su primer amor fue el único para ella, hasta que su traición la volvió triste, desconfiada, dolida y retraída, pese a mantener el apoyo de su familia.
Actualmente, aunque ha recuperado confianza en sí misma, y sobre todo tiene muy claras sus habilidades, sigue sintiéndose vacía y la cuesta confiar en la gente. Mantiene un trato amable y sigue siendo caritativa, pero ya no da la mano a la primera de cambio y, pese a su atractivo, ella no se siente de ese modo, pues aún recuerda el desprecio que sufrió.
En el fondo de su corazón sigue guardando la esperanza del amor, aunque no tiene fe en volver a encontrarlo. Le gustan mucho los niños, por lo que querría ser madre algún día, pese a sus limitaciones. Son de lo poco que ahora mismo le saca una sonrisa sincera.
Se ha centrado por completo en su trabajo y da muestras de ser muy seria y profesional, ya que la chica alegre y risueña que era murió hace tiempo, o eso es lo que cree por ahora.

» PERSONALIDAD DE CUENTO:
Yennefer es una mujer reservada y desconfiada, que ya ha pasado por mucho en la vida como para no fiarse a la primera de aquellos que la rodean.
Siendo despreciada desde niña por su aspecto, su vida siempre fue complicada, conociendo el maltrato, la indiferencia y hasta el odio de su familia, pero cuando comenzó a dar muestra de sus poderes la acogieron en la Hermandad de los Hechiceros y la enseñaron a usar sus poderes.
Desde el principio mostró un gran potencial, aunque no sabía utilizarlo, pero su tenacidad y el deseo de querer ser más de lo que siempre había sido la hicieron avanzar con rapidez, hasta el punto de sacrificarlo todo para obtener un lugar de prestigio, y no solo eso, sino una belleza eterna, sacrificando algo que no creyó echar de menos, hasta años después.
Con el tiempo, Yennefer se dio cuenta de que quería más de la vida, tener descendencia y un legado, por lo que desea poder tener hijos más que nada en el mundo.
Aunque aparenta ser seductora, dulce y hasta agradable, Yennefer mira por sí misma desde hace tiempo y hace lo que tenga que hacer para conseguir sus objetivos.
No obstante, es una mujer capaz de amar, pero con un corazón dañado por las traiciones del pasado y su carga de una inmortalidad en la magia sin nada que de verdadero sentido a su vida.

» HABILIDADES Y CONOCIMIENTOS:
COMO BRUJA:
Desde que la Hermandad la encontró, Yennefer ha demostrado tener un gran potencial mágico, pero era incapaz de sacarlo a la luz, sobre todo por la debilidad física con la que llegó cuando la encontraron.
Su sangre de elfo le había provocado deformidades al nacer, por lo que había sufrido grandes rechazos debido a su apariencia, ya que era jorobada y con el rostro algo deforme, pero pronto comenzó a aflorar su talento, y al final lo sacrificó todo para convertirse en toda una bruja, incluida su descendencia.
Esto la hizo hermosa y poderosa, siendo una de las primeras brujas en encontrar un rey al que servir, pese a los impedimentos que le ponía la Hermandad, terminando por apartarse de ellos e ir por su cuenta.
Es inteligente, hábil, con gran poder y una bruja excepcional capaz de realizar una gran variedad de hechizos, pociones y encantamientos de todo tipo, aunque tiene muy claro que toda magia conlleva un precio, y ahora que se ha vuelto más sensata, sabe que no todo vale cualquier precio.
Entre sus múltiples poderes, es capaz de crear portales de transporte, expulsar energía de sus manos para apartar de ella a sus enemigos, torturarlos por dentro o lanzar poderosas llamas.
EN GRIMMWELT:
Desde niña mostró un gran interés por el trabajo de su padre, quien la impulsó a experimentar con la química, por lo que se dedicó a estudiar, teniendo bastante facilidad para ello y haciendo carrera, combinándola con magisterio para poder dar clases algún día, ya que siempre le gustaron los niños y esperaba dar clases en secundaria, aunque haya terminado en la universidad por diversos motivos.
Dada su precisión con la química, la cocina no le resulta mucho más difícil, pues no deja de ser otra mezcla de ingredientes.
Tiene conocimientos sobre la cultura indú, y habla indi debido a la ascendencia de su madre, además de alemán e inglés.
Tiene mucha paciencia y es inteligente, por lo que los juegos de estrategia, como el ajedrez, se le dan bastante bien.



» PASADO:
Yennefer nació de la aventura de su madre con un elfo, lo cual la hizo nacer con deformidades con las que se ganó el desprecio de su padre desde que era apenas una niña, siendo maltratada por él y por cualquiera que la viera, aprovechándose de su aspecto y su debilidad.
Creció prácticamente sola, sin apoyo y sin amor, hasta que conoció a un joven hechicero que intentó alejarla de su destino y de la magia, pero la Directora de la Academia para Hechiceros de la Hermandad la encontró pese a todo y la compró a su padre por cuatro monedas, menos de lo que pedía por uno de sus cerdos.
Una vez allí, intentó suicidarse cortándose las venas, pero la salvaron y comenzó su adiestramiento. Allí volvió a encontrarse con el hechicero que intentó salvarla, y mientras ella aprendía a usar su magia, comenzaron una relación. Pero él la traicionó al revelar su secreto sobre su sangre élfica, traicionándola y haciendo que perdiera su gran oportunidad para servir a uno de los reyes más importantes que solicitaban una bruja.
La apartaron, pese a haberse convertido en la más talentosa y con mayor poder, pero ella no aceptó quedarse a las puertas, así que aceptó someterse al hechizo que cambiaría su imagen, dejando únicamente el color violeta de sus ojos y las cicatrices de sus muñecas como recordatorio de lo fuerte que se había hecho desde entonces, pero sacrificó su útero en aquel hechizo, y por lo tanto, su capacidad de tener hijos, a cambio de convertirse en una hermosa mujer prácticamente perfecta.
Impresionó al rey al que deseaba servir y él la escogió, pero con los años se dio cuenta de que todo era monótono, aburrido, y deseó más.
Se alejó de la Hermandad y siguió su propio camino, cruzándose en él con el brujo Geralt de Rivia, de quien volvió a enamorarse. Ha sido el único hombre que ha podido abrir su corazón tras aquella traición del pasado, pero sus intereses chocan, por lo que suelen apartarse con facilidad.
Actualmente, Yennefer sigue por su cuenta, intentando encontrar una magia que la devuelva su fertilidad. Es lo que más le importa en el mundo ahora mismo y casi cualquier cosa para conseguirlo.
Tras su último encuentro con Geralt, en que ambos protegieron juntos a un dragón, continuó con su cometido hasta que, en uno de sus viajes, aquella nube violeta la trajo a este mundo sin magia, donde ya no recuerda quién es realmente. Una maldición tan poderosa que ni siquiera una bruja con su talento ha podido obviar.

» En GRIMMWELT UNIVERSITY:
De buena familia británica, con padre inglés y madre de ascendencia indú por parte de su abuela, pero igualmente inglesa de nacimiento, Jennifer tuvo una infancia sencilla y feliz, en una casa grande y lujosa, con todo lo que cualquier niña pudiera desear.
Se crió como toda una señorita, fue buena y estudiosa, pero también alegre y dulce, compartiendo con su familia y poco a poco pasando de la niñez a la adolescencia, fascinada por el trabajo de su padre y sus experimentos.
Su familia tenía una empresa farmacéutica fundada por su abuelo, que su padre heredó, ayudando con algunos avances, lo que la animó a entrar en el mundo de la química desde pequeña, decidiendo hacer carrera en ello con apenas doce años, y centrándose en mejorar desde el instituto para ir con las mejores notas posibles a la universidad.
Al estudiar en un lugar de prestigio, con apenas veinte años, ya llevaba una buena trayectoria, enamorándose entonces de un joven de familia adinerada también, a quienes sus padres aprobaron sin ningún problema.
Sus planes eran casarse al terminar la universidad, y después formar una familia. A Jennifer siempre le gustaron los niños y deseaba llegar a ser madre algún día, pero por desgracia, ese día llegó antes de lo que se imaginaba.
Casi a punto de terminar la carrera, con apenas 23 años, se quedó embarazada, pero su novio no parecía muy entusiasmado con esto. Aunque había prometido que se casarían cuando se graduaran, antes de continuar con sus estudios y buscar trabajo juntos, parecía que los planes de él eran otros, y durante unas vacaciones de navidad en el último curso, en casa de los padres de él, encontró al amor de su vida en la cama con otra mujer.
Dolida y traicionada, Jennifer estaba tan mal que ni siquiera fue capaz de llamar a sus padres cuando se subió a su coche y condujo entre la lluvia nocturna con rumbo a su casa. Pero la hora, el cansancio, las lágrimas y el dolor que sentía, hizo que no estuviera tan atenta como debiera, y la deslumbró un coche que venía por el lado contrario, provocando un accidente que la dejó inconsciente en el acto.
Cuando despertó, estaba en el hospital, con sus padres preocupados a su lado. Su ahora ex novio intentó presentarse a ver cómo estaba, pero ante la petición de Jennifer de no querer volver a verlo, su padre lo echó y le amenazó con destruir su futuro si volvía a acercarse a su hija.
El accidente por poco la mata, haciendo que perdiera a su bebé en el proceso, un aborto que, lamentablemente, la dejó estéril para el resto de su vida.
Tras conocer esa noticia, aún en proceso de recuperación en el hospital, una noche salió de la cama, golpeó el espejo de su cuarto y trató de cortarse las muñecas para suicidarse.
Por suerte, la enfermera del turno de noche se percató a tiempo y consiguieron salvarla.
Tras un año perdido de universidad en que tuvo que reponerse y hacer terapia, Jennifer logró reponerse, avergonzada consigo misma y con sus padres por lo que hizo, motivo por el que siempre intenta cubrir sus cicatrices.
Decidió hacer lo que debía, centrarse en recuperar el tiempo perdido, y volvió para terminar la carrera y hacer el master y el doctorado, implicándose tanto que, con apenas veintisiete años, le dieron su última titulación.
Ahora, recién cumplidos los 28, ha estado buscando trabajo y ha conseguido un puesto como profesora de química en la prestigiosa universidad de Grimmwelt, en Alemania.
Pese a que no deja de contar con el apoyo de sus padres, y sabe que la extrañarán como ella a ellos, quería alejarse de Inglaterra una temporada, hacer su vida y, quizá, superar todo el dolor que sufrió allí, empezando de nuevo.




» PERTENENCIAS:
Por suerte su familia no le ha dado la espalda, así que sigue teniendo una vida bastante pudiente, con joyas caras, aunque no suele usarlas, ropa elegante pero discreta para sus clases y todo lo que pueda necesitar. No tiene coche desde su accidente, ni usa ningún tipo de vehículo, sino que prefiere que la lleven, así que no tiene forma de salir de Grimmwelt salvo por la vieja estación de autobuses, como recuerda haber llegado al inicio del curso, pero tampoco es que eso le quite el sueño.
Posee una gargantilla que suele llevar, ya que es un sencillo regalo de su madre. Ella le decía que era una reliquia familiar, aunque nunca supo explicarle el símbolo del pequeño medallón que luce, ni ella lo ha cuestionado. No recuerda que es el símbolo de Aretuza, que se ha traído con ella desde su mundo.

» OTROS DATOS:
Como Yennefer nunca perdonó a su primer amor por traicionarla, por lo que, aunque volvió a verlo, no quiere volver a tener nada que ver con él ni con su pasado juntos.
Logró lo que quería cuando se presentó como Hechicera de su propio reino, y aunque hace ya siglos de eso, visitó a su padre adoptivo en Vengerberg una vez y se vengó por sus desplantes, demostrándole el lujo que ahora poseía y lanzando al barro de los cerdos las cuatro monedas que le dieron por ella, para verlo arrastrarse a sus pies a recogerlas. No volvió a dirigir la palabra a su madre por permitirlo.
Geralt ha sido el único hombre en el que ha confiado y al que ha amado desde que dejó Aretuza, por eso, pese a todo, cree que quizá podrían tener un futuro algún día.
Desea poder ser madre, algo que le fue arrebatado cuando cambió su aspecto, pero, aunque quiere un hijo propio, su imposibilidad y la de Geralt para procrear en ambos casos ha hecho que se plantee que podría querer a un bebé abandonado, de encontrar uno.
En cuanto a Jennifer, no ha cambiado en ciertos aspectos. Su primer y único amor la traicionó hasta el punto de que no ha querido volver a verlo, ni él ha hecho el intento.
Lamentablemente ha olvidado a Geralt, aunque gracias al poder de Maléfica al crearse la maldición, tiene la oportunidad de reencontrarse con él en este mundo y sentir esa chispa que sienten aquellos que se conocían en el lugar del que provienen.
Igualmente desea poder ser madre algún día, aunque sea adoptando, ya que este mundo no tiene tantas esperanzas de recuperar su fertilidad, por lo que se plantea acoger a algún bebé abandonado en algún momento de su vida, ya sea con un padre o por su cuenta.