Megan Folk, entre los libros y las estrellas.

Eliza Bennett

Meggie Folchart

16 años

Lombrica

Heterosexual

Estudiante de Secundaria

» DESCRIPCIÓN FÍSICA:
Megan tiene una larga melena rubia que suele ondular en ocasiones, aunque normalmente lleva lisa, o como mucho con alguna ondulación natural que queda tras lavarse el cabello. Al contrario que Meggie, cuida bastante su apariencia, por lo que suele llevar diversos peinados, desde sencillos recogidos con un par de mechones en moño y el resto suelto, como trenzas o recogidos más elaborados según la ocasión, aunque lo que más le gusta es llevarlo suelto, salvo cuando escribe en su diario, que suele recogerlo con un par de palillos chinos.
Tiene unos ojos azules que suelen mostrarse tristes, aunque amables, ya que no tiene una vida muy feliz, pero aun así hace lo posible por verse bien y, al menos, mostrarse educada, pese a que se nota que realmente se siente encerrada en una jaula.
Cuida bastante su apariencia, dada su educación, llevando la ropa apropiada en cada ocasión, desde ropa sencilla pero discreta para las clases, vestidos elegantes para las fiestas o, cuando no la ve nadie y puede darse el lujo, algún que otro vaquero, pero normalmente es ropa de marca, aunque no sea algo que presuma o le preocupa.
Suele llevar siempre una sonrisa neutra, al menos por ahora, pero aún queda en ella ilusión y la capacidad de volver a ser feliz de verdad, si se reencuentra con la gente apropiada.

» IMAGEN DEL PERSONAJE DE CUENTO:
Meggie es una chica rubia de ojos claros, con una sonrisa dulce y cuerpo delgado y esbelto, aunque empieza a desarrollarse bastante bien para tener dieciséis años, pues aún está creciendo.
De estatura media, tirando a baja, aún está “pegando el estirón”, pero apunta a maneras para convertirse en una chica preciosa.
Suele llegar ropa cómoda, ya que le gusta tirarse por ahí a leer libros, como vaqueros o camisetas con algún jersey, y le gusta llevar su pelo suelto, con apenas un par de horquillas para que no se le eche para la cara, siendo algo simple para leer sin que le moleste.
No presta mucha atención a ir arreglada, ya que no le parece demasiado importante, y por ahora está contenta con cómo es.
No obstante, cuando llegó al Mundo de Tinta, tuvo que adoptar una vestimenta más “medieval” y se acostumbró bastante bien a ella, pero después de todo viene del mismo mundo en el que ahora se encuentra.




» DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA GRIMMWELT UNIVERSITY:
Aunque en el fondo, Megan sigue teniendo la ilusión y optimismo de Meggie dentro de ella, hace años que durmió esa parte para evitar sufrir más de la cuenta, por los cambios en su padre.
Desde que su madre los dejó y no se la llevó con ella, se sintió abandonada, presionada por su padre para ser mejor que ella, por el odio que comenzó a sentir, y obsesionado con el dinero y los beneficios de su empresa, queriendo que ella le sucediera en el futuro.
Ha tenido que esconder sus sentimientos y suele mostrarse como alguien amable pero seria, tranquila y muy formal y profesional, pese a ser apenas una joven de dieciséis años.
Pero por dentro sigue ansiando aventuras, volver a perderse en sus libros y ser de nuevo libre, no como se siente ahora, encerrada en una jaula de oro, pero sin poder volar después de todo.
No le da importancia a lo material y perfectamente renunciaría a la ropa cara y las fiestas a cambio de que todo volviera a ser como antes, con sus padres más preocupados por ser felices juntos y con ella que por los beneficios, que es lo único que comenzó a importarle a su padre.
Aunque siempre tiene una sonrisa cordial para todo el mundo, se nota esa tristeza en sus ojos de alguien que querría una vida distinta pero no tiene fuerzas para luchar por ella, o aún no ha conocido a las personas correctas que le den las alas para hacerlo.

» PERSONALIDAD DE CUENTO:
Meggie es una chica curiosa y alegre, a pesar de que creyó haber sido abandonada por su madre cuando era una niña tan pequeña que apenas lo recordaba. Su padre, a quien cariñosamente llama Mo, le mantuvo el optimismo, asegurando que una vez regresaría, y aunque con el tiempo Meggie se volvió más realista al respecto, heredó de su padre la pasión por los libros, por perderse entre sus páginas y conocer grandes historias y aventuras sin tener que salir del coche en el que solían ir de un lado a otro.
Es inteligente y resuelta, con carácter cuando debe tenerlo, pero en el fondo es una chica dulce y amable que simplemente quiere volver a ver unida a su familia.
Debido a la cantidad de libros que ha leído tiene una gran imaginación, con lo que espera llegar a ser escritora algún día, y eso la hace también bastante romántica e idealista, siendo capaz de luchar por lo que es justo.
Por eso se apenó cuando su padre se negó a devolver a Dustfinger a su hogar, y ella misma siente que debería haberlo hecho, ya que no era justo tras todo lo que él llegó a ayudarles.
Aunque es capaz de asustarse en circunstancias peligrosas, algo de lo que no se avergüenza, también intenta ser más fuerte con cada nuevo obstáculo que se presenta y usar su ingenio para resolver problemas, así como prefiere la palabra antes que la fuerza.

» HABILIDADES Y CONOCIMIENTOS:
Aunque Meggie provenía de este mismo mundo, al ser absorbida por la maldición estando en Lombrica, obviamente perdió sus habilidades, pero ella es la prueba de que aún queda una chispa de magia en este “mundo sin magia”, aunque ahora no pueda usarlo.
Posee un raro don que heredó de su padre y que llaman lectores, picos de oro o lenguas de brujo. Ese poder le permite extraer cualquier cosa de los libros que lee, volviéndolos realidad en su mundo.
Aun así, al estar limitado en Lombrica, es posible que, aún si lo recuperase, quedara limitado a su último uso, siendo capaz únicamente de extraer objetos del tamaño del propio libro, como espadas o arcos, que puedan salir metiendo la mano entre sus páginas, o hacer pequeñas cosas como crecer flores o raíces o pedir ayuda a animales o criaturas para escapar de algunos enemigos, siendo incapaz de controlar a nadie, de mandar a cualquiera de regreso a sus hogares o de traer más gente de cualquier parte.
En cuanto a Megan, actualmente y con sus nuevos recuerdos, tiene nociones no solo del mundo editorial, del que forma parte su padre, así como de la literatura en general, sino también de la interpretación. Le encanta todo lo que tiene que ver con la actuación y no se le da nada mal.
No ha perdido su inteligencia e intuición y sigue siendo una ávida lectora, aunque en este momento haya perdido su don de pico de oro, pero tiene una excelente comprensión lectora y se le dan bien los estudios, aunque detesta las matemáticas y las ciencias en general, pues lo suyo es lo artístico.



» PASADO:
Meggie ha pasado gran parte de su vida viajando de un lugar a otro con su padre, ya que él se dedica a la restauración de libros, y solía decirle que es un trabajo que ya pocos emplean, y que para conseguirlo hay que moverse. Pero por lo que puede recordar, todo esto comenzó cuando su madre los "abandonó", o eso es lo que ella piensa, y desde entonces su padre parece obsesionado con encontrar algún libro en concreto del que no quiere hablarle.
Aunque Meggie ha terminado por asumir el abandono de su madre, estudiando en casa y acompañando a su padre de un lugar a otro, no ha perdido la ilusión con las cosas sencillas de la vida, como un buen libro, siendo una fanática de la lectura y aprovechando los viajes de su padre para conseguir ejemplares nuevos en los que sumergirse.
Fue a los quince años, mientras visitaba con su padre una pequeña librería, que un extraño con lo que parecía ser un pequeño hurón, alguien que después conocería como Dustfinger, se acercó a ella.
Pero apenas los vio su padre, apartó a Meggie de él y la obligó a quedarse en el coche, sin entender nada, mientras Mo trataba con el desconocido, volviendo sin darle ninguna explicación más que arrancar rápidamente el vehículo y dirigirse a la casa de su tía Elinor, a quien no conocía hasta ese momento. Una mujer entrada en edad y coleccionista de libros, quien confirmó el abandono de la madre de Meggie pese a que Mo insistía en que no era así.
No fue hasta más tarde aquella noche que Meggie comenzó a entender, cuando aquel desconocido, Dustfinger, se presentó en la casa de su tía con un hombre malvado que portaba un cuchillo, junto con una panda de rufianes que destrozaron la biblioteca de su tía y se los llevaron a todos a ver a un tal Capricornio.
Al parecer, Mo había ocultado a Meggie toda su vida el don que poseía, la capacidad de leer un libro y extraer de él desde objetos hasta a sus propios personajes, pero a cambio, algo de su mundo tenía que entrar para que otra cosa pudiera salir, y ese fue el caso de la madre de Meggie cuando, ajeno a su poder, su padre comenzó a leer un pasaje de la novela Corazón de Tinta.
Al hacerlo, personajes como Dustfinger, Capricornio o Basta salieron del libro, dejando a Ressa encerrada en él, motivo por el que su padre ha buscado un nuevo ejemplar, tras robarle el anterior, durante todos estos años.
Con la esperanza de que Capricornio cumpliera su palabra de devolverlo al libro, Dustfinger había decidido entregarlos, pero una vez el villano amenaza a Mo con matar a Meggie si no coopera, él acaba por leer un pasaje del libro Las Mil y Una Noches, del que saca una gran cantidad de tesoros y, por error, a un joven llamado Farid, que queda totalmente descolocado en un mundo que no es el suyo.
Encerrados y obligados a leer para Capricornio, quien pretende sacar del libro al mayor villano de todos, la Sombra, Mo y Meggie no tienen idea de que, al usar a otro lector, tartamudo por los nervios y la presión, para traer a otros aliados del interior del libro, su propia madre también había regresado, trabajando como esclava en las cocinas y habiendo perdido su voz.
Por miedo a que Mo se niegue a ayudarlo, Dustfinger omite esta información cuando les ayuda a escapar de la aldea de Capricornio, dejando allí a Ressa, y al haber perdido de nuevo el libro, se les ocurre visitar al autor para usar el manuscrito original, esperando así poder devolver a Dustfinger a su mundo a la vez sacar a Ressa.
Elinor decide marcharse entonces, considerándolo demasiadas aventuras para ella, tras dejar dinero a Mo y comprar ropa y comida para todos, mientras que Mo y Meggie van en busca del escritor. Es entonces que Dustfinger, nostálgico, aprovecha su tiempo en la plaza del pueblo para dar un espectáculo como escupefuegos y Farid queda encantado con ello, presionándolo para que lo enseñe.
Pero la llegada del escritor altera completamente a Dustfinger, pues no desea conocer el final del libro, enterándose entonces contra su voluntad de que muere por salvar a su pequeño amigo peludo.
No obstante, empecinado en que, si ha podido salir del libro, será capaz de cambiar su futuro, Dustfinger obliga al escritor a darles el manuscrito, pero Mo se niega a leer hasta asegurarse de que pueda sacar a su esposa. Es en ese momento que Dustfinger le confiesa que Ressa ya está fuera del libro.
Pese a su enfado, al no poder rescatarla solo, acepta su ayuda y promete que lo devolverá cuando su esposa esté a salvo y no vaya a perderla de nuevo, por lo que dejan a Farid y Meggie con el escritor, en apariencia, y se marchan de nuevo al pueblo de Capricornio para rescatar a Ressa.
Pero Farid no hace caso y se esconde en el coche para seguirlos, terminando por aceptarlo con ellos, pese a las quejas de Dustfinger, de quien el chico no parece querer separarse hasta que le enseñe su aliento de dragón.
Mientras tanto, en casa del escritor, Meggie se da cuenta de que posé el mismo don que su padre, cuando siente que el libro del Mago de Oz, que cogió de la biblioteca de su tía, parece hablarle. Por pura curiosidad, lee algo en voz alta, y acaba sacando a Totó, el perrito de Dorothy, justo cuando los hombres de Capricornio los encuentran a ambos.
Al darse cuenta de que ella también puede leer como su padre, se los llevan a los dos, descubriendo que Capricornio guardó siempre un ejemplar del libro para sacar a la Sombra de él. Ahora que tiene a Meggie, no parece necesitar a Mo, menos cuando ella ve a Ressa y reconoce a su madre.
Al llegar al pueblo Dustfinger, Farid y Mo, se dan cuenta de que Capricornio tiene a Meggie, a Ressa y al escritor, y deciden plantear una distracción, quemando el castillo mientras Mo va a buscar a su familia.
Mientras tanto, Elinor se arrepiente de su decisión y regresa al pueblo a buscarlos, encontrando al lector que ayudó a Capricornio los pasados años y liberando a todas las criaturas que sacó erróneamente de los libros.
Por su parte, el escritor, encerrado con Meggie, trata de escribir algo que les libre de la Sombra y de Capricornio, hasta que van a por ellos y obligan a Meggie a leer, amenazándola con matar a su madre.
Mientras el monstruo se manifiesta por la lectura, Elinor llega con el apoyo de las criaturas de los libros a enfrentar a los hombres de Capricornio y Meggie consigue cambiar la historia, escribiendo ella misma un nuevo final en el que Capricornio y la Sombra son derrotados.
Pero cuando el caos pasa y la familia consigue escapar de allí, Dustfinger y Farid se han marchado. Él sabe que ahora que Mo ha recuperado a su familia, no se arriesgará a perderla de nuevo volviendo a leer, pese a su promesa, y el chico le sigue para ayudarle a encontrar otro lector, habiéndose llevado de la cartera de Mo una foto de Meggie, sin sospechar que la chica empieza a tener también sentimientos hacia él.
Algo dolida por no haber podido despedirse de Farid y de Dustfinger, pero feliz de volver a estar a salvo con su familia y de recuperar a su madre. Meggie continúa entonces con su vida, dejando que pasen los meses y viviendo todos junto a su tía, a la que ayudan a reconstruir su casa y su biblioteca.
No sabe que Dustfinger y Farid han encontrado otro lector hasta que el chico aparece un día en su casa, tras su decimosexto cumpleaños, diciéndole que su amigo común ha vuelto al libro y que teme por su destino.
A sabiendas de que su padre no se lo permitiría si lo supiera, y aprovechando un descuido de su familia, Meggie accede a ayudar a Farid a entrar al libro, escribiendo lo que se le ocurre tras las descripciones que el chico le da sobre las historias que Dustfinger compartió con él, y tras leer, ambos acaban dentro.
Pero los poderes de Meggie son inestables y se encuentra sola, sin saber a dónde ha mandado a su compañero, en un lugar que no tiene idea de qué parte es de Corazón de Tinta, sin saber que no es más que un pequeño reino de un mundo enorme lleno de cuentos de hadas que jamás imaginó conocer.
Por si fuera poco, apenas llevaba unos días explorando ese nuevo mundo, una nube morada llenó el cielo y la arrastró de vuelta a casa, pero no precisamente como ella esperaba, sino borrando sus recuerdos y su don.

» En GRIMMWELT UNIVERSITY:
Megan tuvo una infancia feliz de la que guarda maravillosos recuerdos, pero no todos los cuentos de hadas duran para siempre.
Su padre empezó como editor abriendo su propia editorial por su amor hacia los libros, pero tuvo éxito y fue creciendo muy rápido, llegando a construir una compañía de prestigio y bastante grande que fue dando cada vez más beneficios, sobre todo cuando uno de los libros que editó fue llevado al cine.
Fue entonces cuando conoció a la que sería su futura esposa, la actriz protagonista de la cinta, en la premiere de la película. Prácticamente fue amor a primera vista, y tras intercambiar teléfonos y quedar varias veces, terminaron saliendo, y en menos de un año se casaron y ella se quedó embarazada de Megan, la primera y única hija de ambos.
Todo parecía perfecto. Su padre le leía cuentos y su madre los interpretaba para ella, estando los tres juntos en una vida feliz, al menos hasta que cumplió los seis años y su padre empezó a ser más distante.
La empresa cada vez daba más beneficio, ampliándose y ganando más dinero, por lo que tenía más trabajo y estaba más solicitado. Llegaba tarde a casa, solía estar molesto y dejó de leer y preocuparse por los libros para medir solo los beneficios.
Ese distanciamiento causó que, cuando a su madre le ofrecieron un papel nuevo, acabara enamorándose de su compañero de reparto, y temiendo quedarse encerrada en una vida que no deseaba, ansiando viajar por el mundo y llegar al estrellato algún día, abandonó a su marido y a su hija, sabiendo que, si se llevaba a Megan, su padre pleitearía para recuperarla o no le concedería el divorcio rápido que quería.
Desde ese momento, su padre se volvió aún peor, traicionado por su esposa y pasando de aquel hombre afable y apasionado de los libros a un empresario frío cuya única preocupación eran los números y que su hija siguiera su ejemplo, que dejara las “tonterías” soñadoras que habían llevado a su madre a ser una irresponsable y a dejarles, y que se centrara en la realidad y en tener un futuro decente.
Empezó a creerse mejor que otros, pasando a Megan a un colegio más elitista, y luego lo mismo con el instituto, dejando claro que no quería que se dedicara a una vida artística, sino a heredar su editorial algún día.
La llevaba como acompañante a sus fiestas y cenas para presentarla a gente importante y la prohibía relacionarse con gente que considerara de un estatus social “inferior”, por lo que esa niña alegre y amante de los libros y la actuación acabó convirtiéndose en una adolescente solitaria con apariencia amable y educada, pero un vacío en su corazón cada vez más grande, pues ni todo el dinero del mundo puede comprar la felicidad cuando lo que te hace feliz es lo único que tu padre te niega.
Finalmente, al cumplir los dieciséis, ha decidido de que ya es hora de que se vaya preparando para la universidad, y queriendo mandarla a un lugar aún más elitista, la ha enviado a terminar el instituto a la prestigiosa institución de Grimmwelt, donde espera que, al graduarse, estudie económicas y literatura, orientadas a la editorial y a la dirección de empresas.
Megan parece resignada con ese destino, pero quizá estar alejada de su padre y de su jaula de oro la haga conocer a las personas apropiadas que vuelvan a darle alas y sacar de ella ese espíritu dormido y ávido de aventuras que aún vive en su interior.




» PERTENENCIAS:
Aparte de gran cantidad de ropa de marca y accesorios que realmente no le importan lo más mínimo, el más preciado objeto de Megan es su diario, donde le gusta escribir sus pensamientos y sentimientos por uno de los lados, y dándole la vuelta, por el otro, sus ideas sobre posibles guiones o historias, ya que ama los libros y las historias, sobre todo de fantasía y aventuras, por lo que espera poder vivirlas como actriz algún día, o a las malas, como guionista.
Se ha llevado a la universidad como recuerdo el libreto de El Mago de Oz, de la obra en la que participó su madre cuando ella apenas era una niña.
También un ejemplar precioso de Alicia en el País de las Maravillas, que su padre le regaló a los cinco años, con relieves, portada azul y toques dorados en las tapas que, aunque ha leído cientos de veces, guarda en perfecto estado y con mucho cariño.

» OTROS DATOS:
Comparte con su otro “yo” la pasión por los libros, pero al mismo tiempo adora el teatro como recuerdo adicional de esta nueva vida.
Su libro favorito, tanto para Meggie como para Megan, es Alicia en el País de las Maravillas. Siempre le encantó y es el que más lee.
Meggie tenía como recuerdo el libro favorito de su madre, que era El Mago de Oz, mientras que Megan guarda con cariño un libreto de la obra que le regaló su madre, y el recuerdo de niña de verla interpretar a Glinda, la bruja blanca de Oz.
En el fondo, como les ocurre a todos en este mundo, le falta la chispa que da sentido a su vida, las personas que realmente quiere, estando a su lado y devolviéndola su espíritu.