Historia

Historia

Nuestra historia comienza con un hombre sencillo que vivía en uno de los reinos del Bosque encantado, Rumpelstiltskin, con su esposa, Milah, que esperaba un hijo suyo.
Pero ni los reinos de cuentos de hadas están exentos de las guerras, y en una de ellas, Rumpelstiltskin fue llamado a filas. Pese a la preocupación inicial de su esposa, Rumpelstiltskin insistió en salirse de la sombra de su padre, un viejo cobarde que lo abandonó de niño, y hacer que ella y su hijo se sintieran orgullosos de él.
No obstante, una vez en el frente, una vidente a la que habían encerrado por su brujería le reveló tras un poco de agua que, de quedarse, moriría, y su hijo se quedaría sin padre.
Aterrado por la idea de abandonar a su hijo del modo en que su padre hizo con él, Rumpelstiltskin no se lo pensó dos veces, y dejó caer una piedra sobre su pierna, quedando cojo para que así lo devolvieran a su casa, pudiendo estar con su esposa y su hijo.
Pero al contrario de lo que esperaba, cuando llegó de vuelta su esposa no se alegró de verle, sino que lo repudió por su supuesta cobardía, y aseguró que estaba avergonzada, como lo estaría su hijo al crecer.
Eso hizo a Rumpelstiltskin inseguro, y poco a poco se convirtió en el cobarde que intentaba evitar ser, preocupado en exceso por su hijo, Baelfire, y tratando de protegerlo a toda costa.
El desprecio de Milah hacia su esposo la llevó a fugarse con un pirata, el capitán James Hook, dejando así a su esposo solo al cuidado de su hijo.
Años después, cuando Bae estaba a punto de cumplir los catorce años, Rumpelstiltskin temió lo peor, pues empezaban a llevarse a niños de las aldeas para luchar en la guerra contra los ogros, y su hijo tendría la edad apropiada en breve. Es por eso que, sabiendo que no era lo bastante fuerte o valiente para protegerlo, se dejó embaucar por la leyenda de una antigua y poderosa daga, que le entregaría la capacidad de controlar a un ser oscuro, lo bastante fuerte como para protegerlos a él y a su hijo.
Pero al hacerse con ella, la única opción de obtener su poder es apuñalando al mismo ser oscuro, quien lo permite con tal de librarse de la inmortalidad que tanto tiempo lo había mantenido preso.
En ese momento, la daga pasa a llevar el nombre de Rumpelstiltskin y él se convierte así en el nuevo Ser Oscuro, que sería conocido y temido en todo el Bosque Encantado, y quizá, incluso fuera de sus fronteras.

Con su nuevo poder, Rumpelstiltskin no solo derrota a los Ogros y salva la aldea, sino que empieza a ganarse el respeto, o más bien, el temor de sus vecinos, siendo capaz de eliminar del modo más cruel cualquier amenaza que pueda afectar a su querido Baelfire.
Su hijo, que pese a todo no deja de quererle, se da cuenta de que ha cambiado demasiado, y que el poder de la daga lo está consumiendo, así que le suplica que renuncie a ello, pero el único modo es dejarse matar, como hizo el viejo ser oscuro.
Negándose a creerlo la única opción, Bae hace prometer a su padre que, si encuentra un modo de librarse de su magia sin sufrir daños, él aceptará, y juntos empezarán de cero.
Pero aunque Rumpelstiltskin acepta, cuando su hijo regresa con una habichuela mágica, para abrir portales entre mundos, y le habla de un mundo donde la magia no existe, su padre teme perder su poder. A causa de ese miedo, cuando Bae abre el portal, su padre se niega a ir con él, y el vórtice se lo traga, dejando a Rumpelstiltskin con un gran arrepentimiento desde el instante en que se da cuenta de que ha hecho justo lo que tanto luchó por evitar, abandonar a su hijo como su padre hizo con él.

Dispuesto a enmendarlo, así le llevase siglos, o hasta el sacrificio de todo su poder, Rumpelstiltskin empezó a investigar un modo de llegar a esa supuesta tierra sin magia, donde su hijo habría llegado, y así, con los años, la Maldición fue tomando forma.
Aunque había mucho que sacrificar para conseguirlo, y él mismo era incapaz de realizarlo, pues lo que más amaba, su hijo, ya lo había perdido. Así que buscó una poderosa bruja que pudiera llegar a conjurarlo, y eso le llevó hasta una joven.

Regina apenas era consciente de sus poderes en su juventud. Adoraba a su padre, y temía a su madre por su magia, pues acostumbraba a hacer su voluntad incluso a costa de dañar a otros, algo que Regina no soportaba.
Por aquel entonces era una muchacha dulce y amable, con ilusiones y esperanzas, enamorada del joven labriego que cuidaba de su caballo en los establos de su hogar. Pero su madre, Cora, tenía planes distintos para ella.
Regina no lo supo hasta tiempo después, y su corazón bondadoso no dudó cuando una niña de cabellos oscuros gritó sobre su caballo una tarde que parecía como cualquier otra. Viendo al animal desbocado, Regina montó su propio caballo, y alcanzándolos, lo detuvo, salvando a la pequeña, que resultó ser la princesa Blancanieves, hija del Rey de aquella región.
Sorprendido por el valor de la joven, y en busca de una nueva esposa, tras perder a la suya con el nacimiento de su hija, el Rey le propuso entonces a Regina casarse con él, pero ella aún amaba al joven labriego, y planearon fugarse juntos, pero fueron escuchados por la pequeña princesa.
Aunque Blancanieves juró guardar el secreto, apenas era una niña, y temiendo que Regina se alejara de su madre y la perdiera para siempre, como ella perdió a la suya antes siquiera de conocerla, reveló a Cora aquel secreto, y la despiadada bruja le arrancó el corazón al labriego ante los ojos de su hija.

Regina se llenó de odio tras ese momento, y habiendo perdido al que creía el único amor de su vida, dejó que su corazón se llenara de resentimiento hacia la pequeña niña que había traicionado su confianza.
Obedeciendo a su madre, se casó con el Rey, y ya siendo Reina fue cuando alguien notó la oscuridad en su corazón, así como su potencial... Rumpelstiltskin.
El Ser Oscuro se presentó ante la Reina, prometiéndola que podría cumplir con su venganza, si aprendía magia, al igual que su madre antes que ella, y Regina, con el corazón roto y el juicio nublado, aceptó sin dudarlo un instante.
Durante los años siguientes, Rumpelstiltskin tuvo paciencia y entrenó a Regina, hasta que estuvo preparada para realizar su Maldición. Solo tenía que convencerla.

Y tras el triunfo de Blancanieves en su huida y su facilidad para poner al pueblo de su parte, además de su fallido plan de mantenerla en un sueño eterno con su manzana envenenada, Regina se sintió realmente atraída ante la idea de conjurar un Maleficio que los llevase a una tierra sin magia, donde ella controlaría todo, y todos cuantos la habían ofendido perderían su felicidad para siempre. Ahora era su turno.

Siendo algo que llevaba tantos años preparando, Rumpelstiltskin tenía todo calculado, o al menos eso creía. Había estado reuniendo objetos mágicos con la misma promesa de esa vida mejor a una bruja del mar, Úrsula, quien se unió a Regina junto a la Reina Roja de Wonderland, dispuestas a custodiarla mientras llevaba a cabo la Maldición.

Pero cuanto más oscura es la magia, más atrae a aquellos que luchan por la luz y desean el bien y la prosperidad, así que un maleficio tan poderoso sin duda alertó a las hadas, y por supuesto, a su líder, el Hada Azul.
No obstante, ni la magia de las hadas era lo bastante fuerte como para detener aquel maleficio, al menos, no la de las hadas normales, así que, alentada por la Reina Blanca de Wonderland, quien estaba preocupada por la participación de su hermana en tan horrible maleficio, el Hada Azul accedió a pedir ayuda a la que una vez fuera el hada más poderosa de todas... Maléfica.

Reina de las Ciénagas, Maléfica había sido antaño un hada bondadosa y amable, pero también poderosa e indomable, con enormes alas de plumas oscuras capaces de provocar tornados, y una magia natural más fuerte que la de cualquier otra hada conocida.
Pero cuando se enamoró de un joven humano, y este la traicionó, cortándole las alas para poder convertirse en Rey, Maléfica perdió toda esa bondad de antaño, y se volvió recelosa, ruin y distante, incluso con los suyos. Incluso su dolor la llevó a maldecir a la pequeña hija de Stefan, el hombre que la traicionó, nada más nacer, y condenándola a un sueño eterno, que solo un beso de amor verdadero pudiera romper.
Durante dieciseis años, Maléfica pensó que aquello no existía realmente, pero vigilar a la pequeña Aurora, cuidarla en la distancia, y verla crecer como una joven noble, dulce y buena, le recordó por unos instantes que la humanidad no albergaba tanto mal como recordaba... Pero ni ella misma podía deshacer su hechizo una vez conjurado, y aunque trató de salvar a la princesa Aurora, ella terminó igualmente sumida en ese sueño, y Maléfica no pudo volver a acercarse.

Solo por ella, por la seguridad de Aurora, Maléfica accedió ante las peticiones del Hada Azul, y la acompañó con la intención de detener esa oscura Maldición. Aunque llegaron demasiado tarde...

Cuando llegaron al castillo de Regina, ella ya había iniciado la Maldición, y temiendo por el futuro de Aurora, Maléfica usó todo el poder que poseía para intentar detenerlo, uniendo su magia a la del Hada Azul. Pero las cosas no salieron como ellas creían, y en lugar de detener la Maldición, sumar más magia a la que ya había solo la hizo más potente, no solo afectando al Bosque Encantado, y a todas las tierras de aquel mundo de fantasía, sino cruzando incluso a través de los mundos y afectando a otras tierras lejanas, como el reino de Wonderland, o la misteriosa isla de Nunca Jamás.

Aunque hubo algo que la magia de Maléfica sí consiguió, y fue alterar los deseos de Regina en ella. Al igual que con el hechizo que durmió a Aurora, Maléfica dejó una oportunidad. Todos aquellos afectados por dicha Maldición, que debían ser infelices eternamente, mantendrían su libre albedrío, aunque perdieran sus recuerdos, y podrían buscar de nuevo la felicidad que se les había arrebatado.




Y así, todos esos personajes de diversos mundos de fantasía, que en nuestra tierra solo se consideran un mito, llegaron a este mundo sin magia, un mundo donde la magia no funciona porque ha sido olvidada, sustituida por la tecnología y la falta de imaginación e inocencia que los humanos han ido perdiendo con el paso del tiempo.

La Maldición creó entre las montañas y bosques de Alemania un enorme castillo que se ha convertido en la prestigiosa Universidad de Grimmwelt, donde todos estos "personajes de cuento" recuerdan ser otras personas, personas que siempre hubieran estado en este mundo, pero que, misteriosamente, no parecen tener intenciones de salir del recinto del campus, los terrenos de los alrededores, y ese pequeño pueblo de Grimmsburg junto a la ladera de la montaña, por donde apenas pasan turistas y en el que apenas viven unos cuantos habitantes, siendo todos esos nuevos terrenos propiedad del enigmático Señor Gold, la nueva identidad de Rumpelstiltskin en este mundo.

Pero los planes no salieron como estaban previstos, y Gold se da cuenta entonces de que su Maleficio no solo ha borrado los recuerdos de la mayoría, sino que les ha dejado encerrados sin posibilidad de hacer lo que había venido a hacer aquí, encontrar a su hijo.
No sabe que Baelfire está más cerca de lo que cree, pues acabó formando parte de los Niños Perdidos de Peter Pan en Nunca Jamás, y mientras, frustrado, busca un modo de devolver la magia a un mundo que ha dejado de creer en ella, Regina no está mucho mejor.

En este nuevo mundo, la Reina Malvada esperaba tener su final feliz, ser la que manda, a la que todos adoran y rinden pleitesía, pero hay otra mujer ocupando su puesto... La Dirección de la Universidad. Tomando el nombre de Regina Mills, la Reina ha quedado relejada a un segundo puesto en la Jefatura de Estudios, y pese a que muchos la respetan, vuelve en cierto modo a infundir más miedo que lealtad en los que ahora son miembros del alumnado y profesorado de ese lugar que debía estar a sus órdenes, ¿pero quién es esa mujer?

Malena Dracobich, actual Directora de la Universidad de Grimmwelt, ha tomado esa nueva identidad para ocultar ser la causante de que los planes de la Reina no salieran como ella esperaba. En este nuevo mundo sin magia, Maléfica espera que incluso su maleficio hacia la princesa Aurora pueda romperse, y de algún modo, al no haber podido evitar todo esto, se siente responsable de la seguridad y el bienestar de todos aquellos que han perdido sus recuerdos, y ahora viven una mentira, en un mundo que no es el suyo, y alejados de sus seres queridos.
Pese a no haber podido detener la Maldición, Maléfica espera ser capaz de encontrar un modo de revertirlo, o al menos, de devolver la magia, antes de que el daño sea irreparable, aunque quizá su magia fue suficiente como para que muchos recuperen sus finales felices, si luchan contra esos destinos impuestos y buscan el suyo propio.

Al menos no está sola en ese cometido, y mientras Gold y Regina parecen ser los únicos que recuerdan sus antiguas vidas, no solo la Directora también lo hace, sino que uno de los miembros del profesorado, la señorita Janice Bluemel, también recuerda quién fue en esa otra vida, el Hada Azul. Y aunque aquí no tiene su magia, coincide con Maléfica en que lo único que pueden hacer es dejar de lado sus diferencias, y tratar de encontrar un modo de que la magia vuelva a formar parte de este extraño mundo, haciéndose pasar por las identidades que la Maldición les ha otorgado.

Y así, en una pequeña región montañosa y apartada de Alemania, cientos de personajes de todos los mundos mágicos imaginables se han reunido en una gran universidad, viviendo nuevas vidas sin magia como alumnos y profesores de Grimmwelt University.

Pero esto es solo el comienzo de nuestras historia... y ahora debéis conocer el final.




Nadie sabe exactamente lo que ocurrió durante el tiempo que todos pasaron en el Mundo sin Magia, pues tras la Maldición, cuando Rumpelstiltskin encontró el modo de devolverlos a todos a sus respectivos mundos, o eso dice él, prácticamente todos olvidaron como en su momento lo que allí había sucedido, y regresaron al instante en que se habían marchado.

Pero ahora que conocía tanto tras su estancia en aquel Mundo sin Magia, pero lleno de magnífica tecnología, y tras el claro desprecio de su hijo, que no lo perdonó por su abandono, Rumpelstiltskin buscó a su amada, Bella, una joven que antaño había conocido, y encontró el modo de estar con ella sin renunciar a su poder, empezando a actuar como un héroe y encerrando a todos aquellos "villanos" con los que alguna vez llegó a aliarse.
Aunque no solo encerró a auténticos malvados, sino también a todos aquellos que se les opusieron y conocían la verdad, como Maléfica, o Regina, la Reina Malvada.
Durante unos años se dedicó a ganarse la confianza de príncipes y princesas de los reinos del Bosque Encantado, a actuar como lo haría un héroe, y a hacerse llamar "el salvador", mereciendo así el afecto de Bella, a quien en parte engañó como a los demás, librándose de toda prueba que le hiciera parecer la "Bestia" que muchos le llamaban. De hecho incluso tomó dicho nombre para ocultar el suyo, más conocido por el Ser Oscuro, y llegar así a considerarse un auténtico salvador del Bosque Encantado.

Con el apoyo de la mayoría de reinos, y de todos a los que había hecho creer su mentira, Rumpelstiltskin se casó con Bella y creó una isla apartada, llamada la Isla de los Perdidos, donde fue enviando y encerrando a todos los villanos, privándoles de magia y de cualquier final feliz que una vez les prometiera.

Pese a que no estaba del todo de acuerdo con esta práctica, y su muerte habría hecho a todos sospechar, el Hada Azul hizo finalmente un trato con Rumpelstiltskin, y ella depondría su varita a cambio de que, una vez desterradas del Bosque Encantado todas las posibles amenazas, él mismo dejase su daga del mismo modo, y no volvieran a permitir que la magia de ningún tipo estropease las vidas de las nuevas generaciones.

Aunque no de muy buena gana, por mantener a su esposa y no perderla como perdió a su hijo, Rumpelstiltskin accedió a dicho trato, y se ocupó de eliminar a todos cuanto se les opusieran, ya fuera con artimañas, trampas, o con el destierro a su nueva isla, hasta que no quedó nadie que se opusiera su idea de futuro, los Estados Unidos de Auradon.

Rumpelstiltskin unificó entonces los reinos del Bosque Encantado, y con el tiempo, la historia se contó de otro modo, ya que, como de todos es sabido, son los vencedores quienes la escriben.

Y así, una nueva generación empezó a crecer en un mundo que mezclaba las maravillas tecnológicas de ese mundo sin magia que una vez conocieron, con los castillos y reinos encantados de ese mundo de cuento de hadas.

Pero mientras Rumpelstiltskin y Bella tenían a su primer hijo, el príncipe Ben, los villanos que había desterrado también tuvieron a sus hijos, reuniéndose en pequeños grupos y esperando el momento de vengarse.

Fue en ese entorno donde nacieron Mal, hija de Maléfica, Evie, hija de la Reina Malvada, Jay, hijo de Jafar, o Carlos, hijo de Cruella de Vil. Y aunque ciertamente muchos villanos eran verdaderos monstruos, no todos los que fueron desterrados a aquella isla sobrevivieron del mismo modo, causando que algunos, como Maléfica o Regina, oscurecieran aún más sus corazones por aquello que habían perdido, y se negasen a hablar de ello incluso con sus propios hijos.

Por ello, la mayoría de los hijos de los villanos crecen en aquella isla sin conocer el amor de sus padres, y sin saber hacer otra cosa que ser "malos" para poder sobrevivir en ese ambiente tan brutal.

Pero cuando el príncipe Ben va a ser coronado oficialmente como heredero de Auradon, tras su decimosexto cumpleaños, decide cuál será su primera proclama oficial tras la coronación, y es permitir que los hijos de los villanos tengan la oportunidad de estudiar en Auradon.

Pese al inicial escándalo de su padre, que claramente no tiene intención de levantar esa barrera mágica por nada del mundo, ante la bondad de Bella, que apoya a su hijo, y los años que ha pasado de paz con su nueva familia, por un momento, Rumpelstiltskin se ablanda lo suficiente como para darle a su hijo esa opción, esperando así que, si tiene razón, puedan moldear a esos críos antes de que se conviertan en una copia de sus progenitores. Si lo consiguieran, Rumpelstiltskin solo tendría que esperar a que la edad en esa isla sin magia se llevase con el tiempo las vidas de sus enemigos, y algún día, no quedaría nadie que amenazase el perfecto mundo que había creado con la unión de los reinos.

Aun así no deja de tener claro que vaya a funcionar, por los chicos que Ben escoge como primeras opciones, dos de ellas hijas de sus peores enemigas, pero a pesar de todo, la iniciativa del joven príncipe se lleva a cabo, y Maléfica y Regina insisten a sus hijas y a sus amigos de la importancia de conseguir magia en Auradon que levante la barrera de la isla.

Pero ninguna de ellas les ha contado realmente su verdadero pasado, y durante su tiempo en Auradon, Mal, Evie, Jay y Carlos hacen amigos, encuentran un modo distinto de vivir, y se dan cuenta de que son mucho más felices allí que en la isla, decidiendo quedarse y negarse a la petición de sus padres.

Aun así, los intentos por no decepcionarles llevan a Jane, la hija del Hada Azul, a intentar robar la varita de su madre para mejorar su aspecto, y por accidente abre una brecha en la barrera. A pesar de que su madre no tarda en restaurarla, y la mayoría de los villanos permanecen allí, el Jolly Rogers, antiguo barco del capitán Hook, sale de la zona de la isla, capitaneado por Uma, hija de Úrsula, Harry, hijo de Hook, como su segundo a bordo, y Gil, hijo de Gastón, como parte de una gran tripulación y algunos polizones adicionales, llevando a varios de los hijos de los villanos hasta las costas de Auradon.

Al contrario que sus antiguos compañeros, Uma está decidida a hacer que su madre se sienta orgullosa, y planean un ataque a Auradon, tras desembarcar sigilosamente del Jolly Rogers y adentrarse en los reinos, hasta la Academia de Auradon, dispuestos a abrir la barrera de nuevo y provocar el caos.

Pero mientras se cuelan, haciéndose pasar por alumnos normales, y tratando de evitar a Mal y a sus amigos, la misma Mal tiene asuntos más importantes que atender.
No sabe por qué, pero empieza a notar ciertos cambios en la Academia, cosas pequeñas en un inicio, como algún cuadro que desaparece, algún estudiante que ya no está, o un objeto que nunca había visto entre las vitrinas de trofeos de la academia.
Es como si algo estuviera cambiando, y preocupada porque alguno de los villanos escapara de la isla durante la coronación de Ben, convence a sus amigos para usar su libro de hechizos y tratar de encontrar la causa a esos pequeños cambios de los que nadie parece percatarse.

Mientras que Ben la apoya al momento, al igual que otros de sus nuevos amigos, como Jane o Loonie, otros como el príncipe Chad o la princesa Audrey piensan que no debería usar la magia, y se plantean delatarla al Hada Azul, la Directora de la academia, pero ninguno de ellos se imagina lo que el hechizo de Mal llegaría a provocar.

Usando un conjuro para descubrir el origen de los cambios, la magia de Mal atrae por accidente la onda mágica de la Maldición original, adulterada por la propia magia de su madre, y hace que ese potente maleficio lo bastante fuerte como para atravesar las dimensiones entre los mundos, rompa también las barreras del tiempo, afectándoles como a sus padres en el pasado y arrastrando a un gran número de alumnos de Auradon, incluidos los hijos de los villanos del Jolly Rogers, hasta el mismo mundo sin magia en el que sus padres están atrapados y sin memoria.

No obstante, al contrario que ocurre con sus padres, la Maldición no afecta a sus recuerdos, pues no habían nacido en el momento de conjurarse, aunque sí que se adapta, otorgándoles un guión de una posible vida inventada con la que pasar desapercibidos, manteniéndose así la Maldición original, conjurada especialmente para mantener la credibilidad en sus afectados y que permanezcan encerrados creyendo quedarse por voluntad propia.

Así, a pesar de sus diferencias, Mal y Uma deciden que, junto a Ben, los tres deben procurar que sus amigos y compañeros no digan una palabra que pueda alterar más el futuro de lo que seguramente ya lo estará haciendo esa Maldición, y comienzan a hacerse pasar por estudiantes de instituto o universitarios, tratando de no alertar a las versiones jóvenes de sus padres, para no cambiar la historia, lo cual podría tener desastrosas consecuencias.

Pero incluso pese sus dificultades, muchos no pueden evitar la curiosidad de saber cómo serían sus padres, y cuál es la realidad de todas las historias que alguna vez llegaron a contarles de niños.

Ahora no solo los finales felices de todos esos personajes de cuento de hadas están en peligro, sino también todo su futuro.